Este fresco fue obra del famoso pintor medieval italiano Giotto, representando la Masacre de los Inocentes. Se encuentra en la famosa Capilla de los Scrovegni, en Padua, y fue pintado entre 1302 y 1306.
Herodes, tetrarca de Galilea, hizo matar a todos los niños menores de dos años, con motivo del nacimiento de nuestro Redentor, porque los Magos ingenuamente buscaron esta autoridad política y le preguntaron si había oído hablar del Rey de los judíos, que había nacido.
Hoy nuevos Herodes se conciertan para asesinar en el vientre materno a los niños en gestación. La misma mentalidad, el mismo crimen a pesar de la distancia del tiempo.
Los santos Reyes Magos oyeron la promesa de la llegada del Mesías en la obscuridad, marcada por una estrella. La siguieron con perseverancia por montes y valles y llegaron hasta su cumplimiento en Belén.
Esta debe ser la biografía de toda persona recta. Oír el llamado de la Providencia, que muchas veces se deja oír de modo misterioso, seguirlo a lo largo de toda su existencia y llegar hasta su plena realización.
“Desde niño ‘tenía muy definida la idea de trabajar como laico en la Contrarrevolución, a favor de la Iglesia. (…) Pero me alegraba mucho que otro quisiera ser sacerdote, y me alegraba especialmente que un sacerdote asumiera la defensa del bien con fuerza”.
Auditorio Nuestra Señora Auxiliadora, 13 de noviembre de 1993
Nos acercamos a una Navidad en que todo lo que nos rodea no permite percibir lo cerca que está el Niño Dios y su Madre Santísima de nuestras dificultades. Sin embargo, debemos pensar que cuando el Niño Dios vino a la Tierra, tampoco reinaba la concordia ni la caridad.
Hagamos un acto de Fe que nos permita ver que, como decía Santa Teresita del Niño Jesús, “arriba de las nubes el cielo es siempre azul”.