Retorno a la caligrafía
Estimado radioyente:
Los estudiantes, aquellos que consiguen entrar al colegio, cada vez aprenden menos.
De acuerdo con el estudio de comprensión de lectura, realizado por la PUC, Andes y Chile, el 60% de estudiantes de segundo básico están bajo los niveles de comprensión lectora esperados para su edad.
Las universidades Católica, de Chile y de los Andes, con el apoyo de BHP Foundation Chile, detectaron que, al finalizar el primer semestre los escolares de segundo básico de todos los niveles socioeconómicos, tenían rezago lector. Tres de cada 5 niños y niñas de 2° básico en la Región Metropolitana están bajo el nivel de comprensión lectora esperado a fines de 1° básico.
El estudio se realizó en una muestra representativa de 1153 estudiantes de la Región Metropolitana y sus resultados fueron entregados en el mes de enero del 2024.
Similar situación se observa en muchos otros resultados de aprovechamiento escolar, no sólo en Chile sino en países desarrollados de Europa. Por este motivo nos pareció interesante darle a conocer un análisis publicado recientemente por la revista “Catolicismo” del Brasil. de autoría del investigador argentino Sr. Luis Dufaur, bajo el título: Volver a la caligrafía para no perjudicar la educación.
Se sorprenderá: Suecia está volviendo a promover la escritura y a disminuir la digitalización, o sea más lápiz y menos computadora.
Le pasamos la palabra al Sr. Dufaur.
“Ante los daños que provoca en la mente de niños y jóvenes la dependencia de las pantallas LCD, las escuelas de Europa y EE.UU. están redescubriendo el valor del contacto personal, la importancia del aula, la memorización, la escritura, los libros en papel y la propia escritura a mano, informó el periódico “El Colombiano”.
Estudios, libros especializados y numerosas pruebas científicas han recomendado la desdigitalización masiva de las escuelas. Y ya ha comenzado en los países nórdicos y podría convertirse en tendencia en todo el mundo.
En los países desarrollados, los niños de familias de bajos ingresos consumen casi el doble de tecnología que los niños de familias de altos ingresos. Se acuñó el término “ciberproletariado”: una masa de jóvenes con discapacidades mentales y mínimamente cualificados.
La ministra sueca de Educación, Lotta Edholm, se pronunció en contra de esta rebaja de la caligrafía. Para ella, la digitalización de las clases fue un experimento acrítico, en el que se aceptaba la tecnología sin tener en cuenta el contenido y el resultado. A su vez, la ciencia ha demostrado que los efectos fueron tan dañinos que es hora de dar marcha atrás, porque los estudiantes reciben cada vez menos conocimientos y sufren un deterioro intelectual y cerebral.
Suecia ha renunciado a la digitalización de la escuela y el gobierno quiere que el aula funcione como un lugar para leer y escribir. No se descartará la tecnología, pero la solución a los problemas educativos consistirá en no abandonar a los estudiantes frente a una pantalla.
Los dispositivos digitales son poderosos y, si se usan de manera exclusiva o abusiva, exhiben innumerables efectos mentales nocivos y deseducativos. Además, los jóvenes están entrando en la era de la “Inteligencia Artificial”, llena de riesgos que ni siquiera los adultos pueden medir.
Los expertos recomiendan que los niños sólo tengan acceso a la tecnología después de que aprendan a leer y escribir con fluidez. De hecho, ¿qué haría un joven que necesita escribir un mensaje con su propia letra, pero sólo sabe escribir a máquina?
Los científicos señalan que en países como Estados Unidos hay miles de escuelas públicas para niños necesitados que están saturadas de tecnología, en las que la importancia de los profesores ha disminuido. Resultado: quedaron con pocas calificaciones, bajos salarios y pocos efectivos.
Se creó el escenario perfecto para una educación deplorable, resultado de la falta de una relación entre una persona calificada –el maestro– y el alumno, exaltada desde la antigüedad por los maestros en Grecia, por ejemplo. Gran impulsor de la digitalización, Steve Jobs, fundador de Apple, confesaba en 2001, en un reportaje titulado “El aula del futuro”: “Cambiaría toda mi tecnología por una tarde con Sócrates”.
Si buscamos una cultura democrática, ésta no puede depender de un algoritmo, método ideal para una dictadura de ciencia ficción, sino de los valores y conocimientos que el maestro transmite a sus discípulos.
En 2023, 100 escuelas públicas de Seattle (EE.UU.) y 50.000 estudiantes demandaron a empresas tecnológicas por daños a la salud mental causados por aplicaciones como TikTok, Instagram, Facebook, SnapChat o YouTube. Restaurar la educación clásica es la mayor urgencia.
El Ministro de Educación sueco recibió el apoyo del Ministro de Cultura y los partidos conservadores aceptan el “cambio de paradigma”, aunque en un país como Suecia esto pueda parecer retrógrado. Los políticos piensan en la reacción positiva de los padres, preocupados por el declive cultural de los niños.
La historia registra la importancia de la lectura y la escritura en la infancia. Los textos cuneiformes sumerios de hace 2.500 años insistían en que los estudiantes perfeccionaran su escritura. Las escuelas sumerias tenían un “látigo” para aquellos que no cultivaban perfectamente el arte de la escritura.
A los opositores a la restauración no les gusta el hecho de que la evidencia científica refute la digitalización de las clases. Es fácil encontrar estudios de pediatría, neurociencia y psicología que advierten sobre los daños del uso excesivo de las tecnologías digitales.
La mentalidad «moderna», rebelada contra la ciencia, exige libertad ilimitada para que los estudiantes naveguen en el mundo digital, pero se preocupa poco por la educación de los jóvenes.
Los ministros suecos de Educación y Cultura anunciaron el regreso a la enseñanza basada en libros y están pensando en eliminar los ordenadores y los tablets. El desarrollo cerebral y las habilidades manuales son fundamentales, pero si son inhibidas por las pantallas LCD estaremos regresando a las cuevas, iluminadas, por supuesto, por los reflejos de las pantallas encendidas.
Es fundamental la valoración rigurosa, imparcial y honesta que el docente haga de la experiencia pedagógica de cada alumno, para no arrojar a nuestros niños y jóvenes a un sistema que no ha dado buenos resultados y se encamina hacia un desastre civilizacional
El citado periódico añade que, según la ministra Lotta Edholm, “nuevos descubrimientos en ciencia cognitiva muestran que los estudiantes aprenden más cuando leen en un libro que en un tablets”. Según ella, a profesores y alumnos les gustó la decisión: “Las respuestas son muy positivas. Tener libros se considera casi un lujo y, más que nada, muchos padres agradecen el cambio”.
El Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, quien fue profesor de la PUC, defendió siempre el equilibrio entre escritura e imagen. Puso como ejemplo las iluminaciones de libros y pergaminos medievales. La letra mayúscula podría tener el canto de un pájaro, una flor, una escena de la vida cotidiana, etc. La cultura medieval solía utilizar dibujos como parte de la caligrafía. Esta armonización, en el aprendizaje, de la letra y la contemplación de la imagen, fue muy grata y mejoró con el tiempo, formando una generación que forjó la civilización cristiana occidental”.
Hasta aquí el importante análisis de las causas de la baja comprensión de lectura. No nos es posible dar todas las fuentes de este análisis, pero si algún auditor las necesita con gusto puede solicitarlas al siguiente email: froma@vtr.net. Que se las enviaremos a la brevedad.
En resumidas cuentas, si queremos mejorar los resultados de los alumnos en todos los niveles, volvamos al papel y al lápiz y dejemos los recursos cibernéticos en segundo lugar.
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