Proyección de la guerra de Rusia contra Ucrania en Chile
Estimados radioyentes:
Para muchos chilenos, quizá Ud. que nos oye, el tema de la guerra de Rusia contra Ucrania parece un asunto muy lejano, en países muy remotos con los cuales la mayoría de los chilenos no tenemos relación.
De ahí que el tema se acompañe más o menos como un fenómeno anómalo, que preferiríamos que no hubiera ocurrido, pero que con el cual y sin el cual, nosotros seguiremos igual.
La reciente visita a Chile de la Primera Vice Primera Ministra de Ucrania, Sra. Yuliia Svyrydenko, cambiaron un poco las cosas, pues nos acercó al escenario bélico y se vivieron reacciones nacionales que no se esperaban.
La Sra. Yuliia Svyrydenko fue invitada por la rectora de la Universidad de Chile a dictar una charla magistral en la Casa Central de ese plantel.
El título de la conferencia anunciada era: «Fórmula de Paz del Presidente Zelensky para lograr la paz de manera sostenible y duradera en Ucrania»
La Rectora Devés declaró que la realización de esta charla expresaba que “la Universidad de Chile cumple así con ser un espacio de diálogo y nuestra Casa Central con aquella misión que hemos enunciado otras veces de ser ‘Una Casa Abierta para Chile’”.
La Rectora estaba al tanto de que habría contra manifestaciones a su invitada. Tanto así que la noche anterior al evento decidió dormir en la universidad para evitar una toma.
El miércoles iría la viceprimera ministra de Ucrania, Yulita Svyrydenko, a dar una charla magistral donde participaban profesores, funcionarios y los embajadores de los países asentados en Chile y representantes del Gobierno de Ucrania.
Todos los preparativos fueron insuficientes para impedir que cerca de 200 estudiantes con gritos, consignas y violencia hicieran imposible la realización del evento en el aula magna de la institución educativa.
Con lienzos, banderas, bombos y trompetas, los manifestantes promovieron una protesta en el exterior e interior de la Casa Central de la institución, la que también fue apoyada por agrupaciones en favor de Palestina, en el aniversario 76 de la Nakba, como se nombra al éxodo palestino en 1947.
Los manifestantes gritaron consignas como «a romper, a romper, relación con Israel» y «no es guerra, es genocidio», en uno de los patios contiguos al Salón de Honor del plantel, donde justo en ese momento estaba programada la charla magistral de la vice primera ministra de Ucrania.
Uno de los lienzos de los manifestantes decía “En Chile no aceptamos fascistas, el régimen ucronazi de Zelenski caerá», y mientras uno de los dirigentes estudiantiles denunciaba que “al igual que el fascista asqueroso de Zelenski que ha asesinado a 14 mil ruso-ucranianos en el Donbass, esta es la (xxx) que existe en la Universidad de Chile, esta es la (xxx) con la que solidariza Chile”.
Todo esto sucedía mientras una persona retiraba rápidamente la bandera de Ucrania del salón.
La conferencia de la Vice Ministra Yuliia Svyrydenko, debió ser reubicada en un salón de la rectoría. En conversación posterior con la prensa, la rectora de la universidad, Rosa Devés, opinó que «“Nos alegramos de haber recibido a la delegación de Ucrania en nuestra Casa Central, en compañía de la comunidad internacional, representada por muchos miembros del cuerpo diplomático, con la concurrencia también de miembros de la comunidad interna y externa».
Por su parte, La ministra Svyrydenko manifestó, junto con “un sincero agradecimiento a la Rectora, su satisfacción pues pudo “hablar con los representantes de las misiones diplomáticas de casi todos los países del mundo y con la comunidad académica”.
Hasta aquí los hechos ocurridos en la Universidad de Chile esa semana pasada. ¿Qué lecciones nos dejan ellos?
Varias.
Entre ellas la contradicción de quienes protagonizaron estas manifestaciones de violencia contra una invitada oficial por parte de la autoridad universitaria.
¿Cómo los manifestantes pueden decir defender la causa palestina, y al mismo tiempo, silencian la voz de la ministra de ucrania?
Si se trata de defender la libertad del pueblo palestino, obviamente se debería, por los mismos motivos, defender la soberanía de una nación invadida injustamente por Rusia y que lleva dos años de guerra con centenas de miles de muertos.
Otra contradicción de los manifestantes fue la de afirmar que el gobierno ucraniano es nazi y, al mismo tiempo, emplear los mismos recursos totalitarios ocupados por los nazis para impedir que se oyera la voz de la Ministra.
Las contradicciones no terminan ahí. Otra fue el apoyo que esa misma turba manifestó por el Presidente Putin, que a simple vista no cumple con ningún estándar de lo que ellos mismos dicen defender sobre libertad de expresión, baste ver los permanentes asesinatos de los opositores, incluso en el exterior de esa nación.
El evento ocurrido no tiene relación sólo con el tema de Ucrania y Palestina. El trasciende ambos hechos y es una forma de entender las relaciones entre las personas y las ideas que deja la sensación de la ley de la selva, donde manda el más fuerte.
Ahora se embiste contra la representante del gobierno de Ucrania, del mismo modo como hace poco tiempo se expulsó al General Baquedano de la Plaza Italia y como se ensalzó al “perro matapacos”.
En realidad, tales contradicciones son coherentes si se escuchan las tres listas de izquierda que se presentaron recientemente a la elección de la Federación de Estudiantes de esa Universidad, a la cual concurrieron sólo poco más del 20% de los estudiantes.
La lista denominada “Izquierda Anticapitalista y Consecuente a la FECH”, promovió a “nuestrx candidatx a presidente, Aldo Villalobos, estudiante de Cine de la Universidad de Chile, y parte de Vencer.
“En la última parte de su intervención Aldo Villalobos interpeló a Catalina Luffin, actual presidenta de la Fech, por el error político de la federación actual de firmar por arriba, sin consultar a las bases, un manifiesto social (de la CUT) que pedía financiamiento para los pacos, una institución corrupta y violadora de derechos humanos”.
Tales expresiones de ese candidato, que no dista mucho de los otros, y lo ocurrido con la Ministra ucraniana son una mala señal. Los ánimos refundacionales y violentos de quienes ayer destruyeron buena parte del patrimonio público y privado, se mantienen latentes y pueden repetirse.
No se oirá, de parte de la Fech, ninguna condenación, por ejemplo, al régimen de Venezuela. Al contrario, esa directiva publicó una declaración el pasado 15 de febrero rechazando «todo intento de desestabilización, acaparamiento de alimentos y de golpismo que busca pasar por encima de las decisiones soberanas del pueblo venezolano, y cortar por esa vía el camino revolucionario que ha escogido».
“Dos pesos y dos medidas”. Para unos amenazas y gritos, para otros, apoyo incondicional.
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