Estimado radioyente
Nuestro primer comentario del año 2023 no será sobre un tema agradable. Muy por el contrario, la materia es cuestión es repugnable y merecedora sólo de rechazo.
Sin embargo, si le dedicamos este comentario es porque pensamos que la gravedad del asunto se impone sobre consideraciones que podrían ser más llevaderas, pero menos serias.
Se trata del revuelo público que han provocado dos tesis sobre pedofilia de la Universidad de Chile (UCh).
“Pedófilos e infantes: pliegues y repliegues del deseo”, y “El deseo negado del pedagogo: ser pedófilo”, son los nombres de dos tesis que se ha viralizado en redes sociales las últimas semanas. El trabajo de investigación realizado por el ex alumno de la Universidad de Chile, Leonardo Arce, ha sido ampliamente criticado por justificar la pedofilia.
El texto académico, que actualmente figura en el repositorio web de la casa de estudios, fue presentado por Arce para optar al grado de Magíster en Estudios de Género y Cultura en América Latina de la Facultad de Filosofía y Humanidades el año 2016.
La tesis sostiene, entre otras aberraciones que‘‘la idea de autonomía infantil conlleva aparejada la necesaria recuperación del cuerpo infantil’’.
Aunque la tesis fue cuestionada por completo, lo que más llamó la atención fue la dedicatoria del autor. Por tal hecho, el texto académico alcanzó las tendencias nacionales de Twitter.
“Dedicada a los niños y niñas de deseo inquieto, (…) . A los pedófilos de deseo culposo, para que exorcicen su malestar y sus temores por amar a quienes aman’’, dice el texto.
Entre las principales reacciones, quienes opinaron calificaron el trabajo como condenable, polémico, horroroso, e inaceptable. Además, llamaron a las autoridades de la Universidad de Chile a pronunciarse por permitir que una temática sobre pedofilia fuera aceptada por el cuerpo académico.
‘‘Esta «tesis» no solo naturaliza la pedofilia, sino que está pésimamente hecha en cuanto a metodología y bibliografía. Increíble que se apruebe algo tan mal hecho y tan perverso’’ señaló la historiadora y escritora, María José Cumplido.
De acuerdo a la opinión de Sofía Salas Ibarra, del Centro de Bioética, Facultad de Medicina
Clínica Alemana Universidad del Desarrollo: “sorprende la carta de la Facultad de Filosofía y Humanidades (UCh), porque las universidades son parte de la sociedad y tienen deberes éticos para con ella”.
Sin embargo, la embestida pro pedofilia, viene de lejos. La Revista Nomadías, que pertenece a la Facultad de Filosofía y Humanidades (UCh), publicó en 2016 un artículo del mismo Leonardo Arce titulado “Pedofilia e infancia: ¿una relación posible?”. Dado el carácter de revista institucional, es de suponer que fue revisada por pares expertos. Esto último es el proceso fundamental sobre el cual se construye el conocimiento académico y se evalúa su calidad. Todo lo cual no hace sino agravar el compromiso de la Universidad de Chile con uno de los más graves atentados a la moral pública, como es la de pervertir a los menores de edad.
De nuestra parte, nos parece importante ponderar algunos aspectos que no han sido debidamente puestos en realce por las partes que con tanta razón han execrado estas tesis.
El primer aspecto, no suficientemente abordado en la polémica, es el de reconocer que cuando se abren las compuestas a los comportamientos inmorales, quienes se dejan llevar por tales costumbres no paran en los primeros pasos, sino que tarde o temprano, y más temprano que tarde, llegan hasta los peores excesos.
Es lo que con claridad afirma el pensador católico y contra revolucionario, Plinio Corrêa de Oliveira en su obra “Revolución y Contra revolución” escrito en 1959:
“Esas tendencias desordenadas se desarrollan como los pruritos y los vicios, es decir, a medida que se satisfacen, crecen en intensidad. Las tendencias producen crisis morales, doctrinas erróneas y después revoluciones. Unas y otras, a su vez, exacerban las tendencias. Estas últimas llevan en seguida, por un movimiento análogo, a nuevas crisis, nuevos errores, nuevas revoluciones. Es lo que explica que nos encontremos hoy en tal paroxismo de impiedad y de inmoralidad, así como en tal abismo de desórdenes y discordias”.
Sin ir más lejos, uno de los principales ideólogos de la revolución universitaria de Mayo del 68’ en Francia, Cohn Bendit, reconoció públicamente haber practicado la pedofilia sin ningún tipo de arrepentimiento. Curiosamente tampoco sufrió, de parte de los medios de comunicación, ninguna condenación por sus escabrosas revelaciones.
Similar actitud han tenido las autoridades de la Universidad de Chile respecto a los hechos en cuestión. La FACULTAD DE FILOSOFÍA Y HUMANIDADES dio a conocer una declaración en la que manifiesta que “consideramos que las investigaciones aludidas corresponden a trabajos académicos de corte puramente teórico, que no reportan intervención sobre poblaciones humanas”.
Como no podía dejar de ser, la referida declaración no hizo sino aumentar más la indignación pública, pues alegar que son tesis “teóricas” y que no se “reportan a intervención sobre poblaciones humanas” o sea a los niños, es lo mismo que decir que la defensa de la piromanía no dice relación con la quema intencional de árboles.
Otro aspecto no debidamente resaltado en la polémica es que la ideología de los derechos sexuales y de género, consideran que debe darse una emancipación sexual de la infancia y adolescencia. De acuerdo a la opinión del especialista español y autor de varios libros sobre ls materia, Pedro Trevijano – la ideologías de género “defiende la total liberación sexual, incluyendo el derecho absoluto a tener relaciones sexuales con otros individuos sin importar la edad, el número, el estado civil, las relaciones familiares (el incesto) o el género. … La sexualidad es un juego, un pasatiempo, una finalidad en sí misma, en la que autores como Kinsey ni siquiera excluyen la pedofilia o el bestialismo … Pero como eso de pedofilia suena bastante mal, se le llama, como hace la eurodiputada austriaca Ulrike Lunacek: ‘Educación afectivo-sexual interactiva y libre de tabúes’”.
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En conclusión, las referidas tesis publicadas por la Universidad de Chile no constituyen hechos aislados, fruto de algunas mentes desquiciadas, sino la consecuencia fatal de la decadencia de las costumbres y de la pérdida de las virtudes morales.
Es papel primordial de los padres saber cuidar de la educación moral de sus hijos, preservándolos de influencias perversas como las que aquí hemos analizado.
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