Derecho de educación de los padres

Estimado radioyente:
Si a Ud. le preguntaran qué entiende por libertad de educación, ciertamente respondería que es el derecho que tienen los padres de familia de educar a sus hijos.
Si le pidieran más detalles, podría agregar que es el derecho que tienen los padres de disponer de colegios que impartan diferentes tipos de enseñanza, entre los cuales ellos puedan elegir los que sean más de acuerdo a sus convicciones, en especial a su Fe religiosa.
Y si le preguntaran que es lo contrario de la libertad de educación, diría que es un solo proyecto educativo impuesto por el Estado vulnerando gravemente el derecho de los padres de familia.
Estos son los conceptos básicos de libertad de educación y de totalitarismo estatal educativo.
Ud. me preguntará a qué viene recordar estas nociones tan elementales.
La respuesta es simple. Los movimientos feministas que se organizan para una gran huelga en el día 8 de marzo próximo, han dado a conocer, entre sus principales exigencias, la aprobación de dos proyectos de ley que en la práctica acaban con la libertad de educación.
Los proyectos en cuestión son la llamada Educación Sexual Integral y la ley José Matías. Puede ser que Ud. no conozca el proyecto llamado “José Matías”. Se lo explico en dos palabras.
Desde hace un tiempo a esta parte los proyectos de ley se conocen por el nombre de las “víctimas” que buscan reparar. En este caso la supuesta víctima sería un niño transexual de ese nombre y que se habría suicidado por el hostigamiento encontrado en el colegio Sagrado Corazón de Copiapó en el año en mayo del 2019.
Obviamente que el final del suicidio es lamentable desde todo punto de vista. Pero, como se sabe, el fenómeno del suicidio es mucho más frecuente en quienes tienen esas conductas. De acuerdo a un estudio publicado por la Revista médica de Chile, se establece que “Algunos de los hallazgos más importantes muestran que en la población LGBT los procesos relacionados con el suicidio (ideación e intentos) son más prevalentes que en la población heterosexual”. La diferencia aproximada entre casos de suicidio en jóvenes heterosexuales y homosexuales es de 1 caso a cuatro casos.
En el caso ocurrido en Copiapó con el joven Matías, el lobby homosexual condenó de inmediato al colegio y a la Ministra de Educación del Gobierno de entonces, Sra. Marcela Cubillos. A poco andar la diputada socialista Sra. Cicardini presentó un proyecto que, bajo el nombre del niño suicida, intenta imponer la aceptación de las conductas homosexuales en todos los colegios del País.
El proyecto en cuestión ya fue aprobado en la Cámara de Diputados y se encuentra en el Senado.
No lo voy a cansar con su articulado, pero, en dos palabras, lo que pretende es impedir que en algún colegio del territorio nacional se pueda enseñar y sostener que las conductas homosexuales no son correctas y se alejan del plan de Dios para los hombres.
El colegio que imparta este tipo de educación, independiente de su naturaleza de financiamiento, será de inmediato castigados y se entenderá por actos violentos todos aquellos que consideren malas esas conductas.
En resumidas cuentas, el colegio será cerrado y los directores podrán sufrir penas aflictivas si recuerdan la doctrina católica y el catecismo que señala que las conductas homosexuales son “intrínsecamente desordenadas”.
Por otra parte las mismas feministas reclaman la aprobación inmediata del proyecto llamado de Educación sexual integral, que de “educación” no tiene nada y de perversión moral mucho.
En efecto, la iniciativa legal no es otra cosa que la sexualización de la niñez a partir de la más temprana edad, sin conocimiento ni consentimiento de los padres de familia.
Ambas exigencias, acaban con la libertad de educación, aquella que definíamos al comienzo de este comentario “como el derecho que tienen los padres de familia de educar a sus hijos”.
En entera coherencia con lo anterior, circula en las redes sociales un aviso para conmemorar el próximo 8 de marzo con una huelga general de carácter feminista. En ella se lee:
“Hacemos memoria y nos damos cuenta que el patriarcado, el capitalismo y la religión nos han querido quitar hasta los afectos. Desde las Fiestas Lupercales por la fertilidad, (reemplazadas por el Día de San Valentín de la iglesia católica) hasta hoy, hemos visto cómo las empresas enarbolan banderas “en nombre del amor” sin importar cuánta violencia se aguanta el resto del año. ¡Nuestro profundo amor es con lucha por una justicia social que realmente nos permita el bienestar del buen vivir! Nuestro amor es por nuestra historia y nuestras memorias; en clave feminista, rebeldes y combativas!”
Curiosa forma de entender lo femenino. Nada de ternura de una madre, ni tampoco el cariño de una esposa; sí a la rebeldía y combate… Como no podría dejar de ser el dibujo que ilustra el aviso de convocatoria es un puño cerrado como verde y morado.
Este falso espíritu de “Combate feminista” lleva hasta las reivindicaciones más extremas. Se informa desde Barcelona que colectivos feministas de esa ciudad quieren prohibir los cuentos infantiles exigiendo que sean retirados de los colegios infantiles de esa ciudad. “Hoy hemos sabido que un colegio público de Barcelona retiró de su biblioteca ‘Caperucita Roja’ y otros 200 cuentos clásicos infantiles por considerarlos «tóxicos» y reproducir patrones sexistas”.
¿Qué tipo de niños podrán salir de ese tipo de “educación” que persigue la inocencia y lo maravilloso infantil y los sumerge en el prosaísmo y la vulgaridad?
Si Ud. tiene hijos o nietos en esa edad, cuide que ellos conserven el ideal maravilloso que les es propio y se preparen rectamente para los combates propios a quienes quieren perseverar en la práctica de la virtud.
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